Después de disipar las dudas y preocupaciones en torno al nivel de la plantilla, la llegada de Luis Carrión como técnico ha supuesto para el Real Oviedo un soplo de aire fresco radical, que ha permitido al conjunto carbayón pasar de posiciones de descenso a la zona media de la tabla en apenas 5 jornadas.
Además, el estilo alegre del equipo entretiene a una afición que estaba ya acostumbrada a la contrapuesta propuesta de Álvaro Cervera, que no supo sacar rendimiento a una plantilla que, dicho sea de paso, no estaba configurada para él.
Ahora, la perspectiva es radicalmente diferente, la hinchada azul ya tiene fijado de nuevo el objetivo del Play-Off y las preocupaciones de la dirección deportiva vuelven a situarse en el medio plazo. En este caso, para retocar y mejorar a una plantilla que ya da muestras de su verdadero nivel, pero que ha sufrido contratiempos importantes difíciles de sustituir.
Una pieza para la defensa es la prioridad
En concreto, hacemos referencia a la zaga defensiva, que ha sufrido importantes bajas en la posición del lateral derecho. Además de la baja de Rodri Tarín, que ya encara la recta final de su recuperación de ligamento cruzado, Lucas Ahijado y Mario Hernández han dejado vacía la plaza para la banda derecha, que ha tenido que ocupar Oier Luengo.
Dado que la baja de Mario Hernández es de larga duración, el Oviedo tiene claro que quiere contratar a un futbolista para sustituirle, aunque el objetivo de la dirección deportiva carbayona es la contratación de un defensa centra que pueda actuar como lateral. Aunque la confianza en Rodri Tarín es absoluta, nunca puede asegurarse con total certeza que la recuperación de un futbolista tras la rotura de un ligamento sea total, por lo que los directivos oviedistas tienen claro que el nuevo jugador ha de cubrir estas dos posiciones.